Las fallas y las criticidades de los lugares de encierro, en este caso de Honduras y de Bolivia,
como de muchos otros países del mundo, están tristemente notas. Estructuras inadecuadas,
en la mayoría de los casos con problemas de hacinamiento, a menudo obsoletas, a veces hasta
nuevas, pero que no respetan los estándares Internacionales en materia de construcción
penitenciaria, en primer lugar, las Reglas Nelson Mandela (que definen muy claramente todos
los parámetros básicos que tendrían que aplicarse).